13 de mayo de 2014

18 DE MAYO : DÍA DE LA ESCARAPELA.


El 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano propuso que se creara una escarapela nacional. Hasta ese momento, los distintos cuerpos del Ejército utilizaban diferentes distintivos. Unos días después, el 18 de febrero, el Triunvirato aprobó el uso de la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste. Estos colores provenían de los colores borbónicos, de la casa de Fernando VII (rey ausente de España).

Una de las versiones indica que los colores blanco y celeste fueron utilizados por primera vez durante las invasiones inglesas –en 1806 y 1807– por el primer cuerpo de milicia urbana del Río de la Plata, y que luego empezaron a popularizarse entre los criollos. Otra dice que la escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires, cuando se presentaron a una entrevista con el entonces coronel Cornelio de Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, el 19 de mayo de 1810.
Es un error atribuirle a French la creación de la escarapela. Es posible que esta historia haya nacido de la tradición oral, recogida por Mitre mientras preparaba una de sus obras. Sí se sabe que durante las jornadas del 22 y 25 de mayo de 1810 los patriotas identificaban a los adherentes a la Revolución de Mayo otorgándoles unas cintas blancas. Es posible que el 21 de mayo French y Beruti hayan repartido las cintas blancas.


             

En el año 1935, el Consejo Nacional de Educación instituyó el 18 de mayo como Día de la Escarapela (Res. 13-5-1935, Expte. 9602-9º-935).




12 de septiembre de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS : VILLA URQUIZA.

El fundador de Villa Urquiza fue Francisco Seeber, combatiente en la guerra contra Paraguay, Intendente de la ciudad de Buenos Aires en el período 1889 a 1890, comerciante y presidente del Ferrocarril Oeste. Al principio estaba conformado por tres poblaciones pequeñas, llamadas Villa Catalinas, Villa Mazzini y Villa Modelo. Como Seeber era también presidente de la empresa "Muelle de las Catalinas" situada en una zona muy baja de pleno centro, necesitaba relleno de tierra por lo cual compró en Villa Urquiza predios altos, que en esa época estaban elevados casi a 40 metros sobre el nivel del mar, para sacar la tierra y transportarla a la Av. Leandro N. Alem y Paraguay, donde se hallaba ubicada la empresa. Los obreros que trabajaron en esta tarea eran, casi todos, provenientes de la provincia de Entre Ríos, entonces pidieron que ese nuevo barrio se llame Justo J. De Urquiza como su héroe. 
A mediados del siglo pasado, parte de los campos de tres terratenientes de entonces: Micaela Banegas, Juan Santillán y Roberto Sebastián, terminarían sumando la extensión que hoy comprende el barrio de Villa Urquiza. 


 
                                  
La propiedad de Micaela Banegas tenia los siguientes límites: costa del Río de la Plata hasta las tierras de Manuel Lynch (linderas con el pueblo de San Martín) entre las calles Monroe y Congreso. De Congreso a la calle Republiquetas, se lo conocería como: “La Siberia”. 
A la muerte de la señora Banegas, sus tierras pasaron al poder de su yerno (Laureano G. Oliver) y luego de su muerte, sus descendientes las dividieron en grandes parcelas, que fueron vendidas a Francisco Cayol (predio que daría origen a nuestro barrio, treinta manzanas delimitadas por Roosvelt, Pedro Ignacio Rivera y Altolaguirre) y a Francisco Chas e hijos. 
La fracción adquirida por Juan Santillán, se trataba de una extensa lonja (Crámer hasta Artigas entre Olazábal y Monroe). Luego los campos de Santillán fueron vendidos a Julio Caprera, que termino fraccionándolas en hectáreas y poniéndolas a la venta. Entre los compradores figurarían Santiago Rolland (Av. Triunvirato hasta Ceretti, entre Olazábal y Monroe) y Emilio C. Agrelo. 
Roberto Sebastián anexó a sus extensiones de tierras, la zona que vendría a estar delimitada por las actuales calles Cramer hasta algo más de la Av. de los Constituyentes, entre la Pampa y Olazábal. Varios años después de su muerte, sus familiares pusieron a la venta algunas fracciones que fueron compradas por Vicente Chas, E. Lacroze y Pedro Delponti.