27 de marzo de 2013

2 DE ABRIL: DÍA DE LOS VETERANOS Y CAÍDOS EN MALVINAS.



La historia es un poco larga de contar. Pero es aproximadamente así. Las Malvinas fueron descubiertas en 1520 por Esteban Gómez, un piloto español que integraba la expedición de Fernando de Magallanes.
Cuando en 1535 el rey de España Carlos I dividió sus dominios americanos, incluyó a las Malvinas dentro de los límites del Virreinato del Perú. Pero desde Lima, la capital del Perú, era muy difícil controlar lo que pasaba en el lejano Atlántico Sur. Y lo que pasaba era grave: piratas holandeses, ingleses y franceses merodeaban las islas y las costas patagónicas y desembarcaban en sus costas.
Los españoles protestaron enérgicamente ante estas ocupaciones. Y tan bien lo hicieron que en 1767 Francia reconoció la soberanía española sobre el archipiélago. Los ingleses opusieron mayor resistencia, pero finalmente abandonaron las islas en 1774. La Corona española no quedó satisfecha con estos desalojos y en 1776 creó el Virreinato del Río de la Plata. Su capital fue Buenos Aires, que estaba casi sobre el Atlántico y mucho más cerca de las Malvinas que la lejana Lima. 

 En 1816, la Argentina proclamó su Independencia de España. Y heredó del antiguo reino europeo la Patagonia y las islas Malvinas. Nuestro país ocupó las islas en 1820. Nombró entonces a un gobernador y estableció un penal para encerrar a presos muy peligrosos. En 1829 llegó el gobernador Luis María Vernet, quien fundó una población y prohibió la caza de focas. Al año siguiente, Vernet apresó un barco estadounidense que violó esa prohibición. Y los yanquis, en represalia, atacaron las islas, destruyeron todo lo que encontraron a su paso y luego se marcharon.

 LUIS MARÍA VERNET
En 1833, los ingleses aprovecharon la debilidad de las defensas de las islas para ocuparlas, arriar la bandera argentina y expulsar a sus habitantes. Entre ellos se encontraba el gaucho Antonio Rivero, quien encabezó la resistencia contra la ocupación colonial. Pero la sublevación fue vencida y Rivero y algunos de sus compañeros fueron tomados prisioneros y juzgados en Gran Bretaña.
Cuando esas noticias llegaron a la por entonces Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas y otros gobernadores argentinos de la época presentaron reclamos ante los diplomáticos británicos. Pero los invasores desoyeron esas protestas, fortificaron las islas y radicaron colonos que se quedaron allí y tuvieron hijos, nietos y bisnietos.

 Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se inició la llamada descolonización, durante la cual las antiguas colonias europeas comenzaron a luchar para conquistar su Independencia.
Y a pesar de que el caso de las Malvinas era distinto, porque la población era de origen inglés y no deseaba independizarse, la diplomacia argentina logró que en varias oportunidades la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenara la ocupación británica. Paralelamente, hubo un acercamiento hacia los isleños: se establecieron vuelos comerciales entre las islas y el continente, se atendió a personas aquejadas de enfermedades graves en hospitales de nuestro país, etcétera. Esta política de acercamiento y seducción parecía estar empezando a dar frutos positivos cuando…

  
A principios de 1982 la última dictadura argentina se tambaleaba. Fue entonces que el presidente de facto, el general Leopoldo F. Galtieri, intentó un manotazo de ahogado: recuperar por la fuerza las islas Malvinas para de ese modo ganar el apoyo del pueblo y salvar el gobierno militar.
La operación de desembarco tuvo lugar el 2 de abril de 1982 y fue todo un éxito: las fuerza argentinas sorprendieron totalmente a las tropas británicas y tomaron control de las islas sin que prácticamente no hubiera enfrentamientos armados. Una gran parte de los argentinos festejó la recuperación y ocupó la Plaza de Mayo y las principales plazas del país para expresar su alegría. Galtieri respiraba aliviado. Todo parecía salir como lo había planeado. Todo, menos la reacción de la primera ministra británica:Margaret Thatcher. La llamada “Dama de Hierro” enfrentaba una dura oposición a su política económica neoliberal. Así que la ocupación le vino como anillo al dedo para unir a gran parte de los británicos tras la causa de la reparación del orgullo herido. Pronto partió de Londres una gran flota compuesta por más de 100 buques para recuperar las islas. Hubo agitadas negociaciones para evitar la guerra. Y cuando parecía que estas podían tener éxito, un submarino británico se topó con el crucero argentino General Belgrano. Consultado Londres, la orden de la Thatcher fue terminante: ¡hundan al Belgrano! Y el Belgrano se hundió, llevándose con él trescientas vidas argentinas y la posibilidad de preservar la paz.
Después vinieron los bombardeos para ablandar las posiciones argentinas y el desembarco de las fuerzas británicas, que en un mes y medio lograron acorralar en los alrededores de Puerto Argentino a las inexpertas tropas argentinas formadas por muchachos de 18 y 19 años. La rendición argentina, el 14 de junio de 1982, significó el fin de la dictadura. Galtieri renunció y la junta militar convocó a elecciones generales para el 30 de octubre de 1983. Esas elecciones fueron ganadas por el candidato de la UCR,Raúl Ricardo Alfonsín.

En la actualidad, las autoridades de nuestro país intentan restablecer las negociaciones con Gran Bretaña. Pero estas negociaciones están trabadas. Es que el recuerdo de la guerra está muy fresco todavía y los isleños no quieren saber nada con los argentinos. Habrá que esperar que el tiempo pase, que las heridas cicatricen y tal vez en futuro que nosotros no veamos las Malvinas vuelvan a ser argentinas.

19 de marzo de 2013

TOPONIMIA DE LAS ISLAS MALVINAS


La palabra Malvinas es una derivación de Malouines, nombre dado por el navegante francés Louis Antoine de Bougainville en 1764 en recuerdo del puerto de Saint-Malo en Francia. El nombre Falkland fue tomado del Falkland sound, que fue el nombre dado al estrecho de San Carlos, ubicado entre las dos islas principales. Este término fue acuñado por el navegante John Strong en honor a Anthony Cary, quinto vizconde Falkland, tesorero de la Real Armada Británica, extendiéndose a todo el archipiélago.
La denominación «islas Malvinas», tradicional en español, es la denominación usada en la documentación oficial de todos los países de habla hispana y portuguesa (Ilhas Malvinas). Es también la denominación usada en la declaración conjunta de los presidentes de los miembros de Mercosur, Bolivia y Chile en 1996, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR),la usada por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) en su declaración sobre la cuestión (2008), y la usada en la Cumbre Iberoamericana de 2007. Para la Organización de Estados Americanos (OEA) la denominación usada oficialmente en español es "Islas Malvinas" y en inglés "Malvinas Islands". En las Naciones Unidas, desde el 18 de marzo de 1966 la denominación usada en español es "Islas Malvinas (Falklands)" y en inglés "Falkland Islands (Malvinas)". 

18 de marzo de 2013

DÍA DE LA MEMORIA ,LA VERDAD Y LA JUSTICIA


El 24 de Marzo se conmemora el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia

El 24 de marzo de 1976 se produjo en Argentina el último golpe militar. Fueron años muy duros en los que se perdieron muchas vidas. Por eso usamos la expresión “Nunca Más” cada vez que nos referirnos a ese período oscuro de nuestra historia.
Fueron años muy duros, pero las madres y abuelas de Plaza de Mayo no bajaron los brazos, exigieron justicia y aún hoy siguen buscando a sus hijos y nietos desaparecidos.
Recordar esta fecha nos responsabiliza en la defensa de nuestros derechos y del sistema político democrático. Un gobierno elegido por la mayoría y respetado por todos es lo más valioso que un país puede tener.

14 de marzo de 2013

!!!! DÍA DE LAS ESCUELAS DE FRONTERA !!!!


El 14 de Marzo es el Día de las Escuelas de Frontera. Se estableció en conmemoración a la promulgación de la Ley 19524 sancionada en el año 1972 para proteger justamente estas escuelas, ya que ningún argentino debe dejar de asistir a clase, por más alejado e inhóspito sea el lugar en que habite.


 



Existen aproximadamente unas once mil escuelas en zonas aisladas y de frontera en nuestro país que cumplen una tarea fundamental para el estado. Generalmente tienen un solo maestro o maestra a cargo de todos los grados que no sólo enseñan a leer y escribir sino también a trabajar la tierra y a criar animales, y muchas veces están tan lejos de los hogares que los niños deben pernoctar y hasta pasar temporadas en ellas al cuidado abnegado de los docentes.
Una nación es soberana si educa a su pueblo. Sólo a través de la educación logramos transformar a los habitantes en ciudadanos.

4 de marzo de 2013

!!!! BIENVENIDOS CHICOS !!!!!


LAS CALLES DEL BARRIO


Francisco José Segui: Era hijo de José Seguí y Dreta, originario de las islas Baleares, y de Josefa Barba, santafecina, casados en Santa Fe el 4 de noviembre de 1773. Sus abuelos paternos fueron Bartolomé Seguí, nacido en Mahón, Menorca, e Inés Dreta. Sus abuelos maternos fueron José Barba y Plácida Rodríguez.
Estudió en el actual Colegio Nacional de Monserrat, en Córdoba, y se doctoró en derecho en 1798 en la Universidad de esa ciudad.
Tras unos años de ejercer el derecho en su ciudad natal, tuvo una dura discusión con su padre y se mudó a Buenos Aires. Más tarde viajó a Chuquisaca, donde apoyó los últimos momentos de la fracasada revolución de 1809.
De regreso a Buenos Aires, participó en el cabildo abierto que inició la Revolución de Mayo (se dijo que votó en términos tan complicados que se creyó que estaba votando a favor del virrey. Meses después fue regidor del cabildo de la ciudad, ocupando algunos otros cargos. Fue arrestado en 1812 por su oposición al Primer Triunvirato por orden del jefe de policía, Miguel de Irigoyen, lo que lo incitó a regresar a Santa Fe.
Apoyó la llegada al poder del gobernador Francisco Candioti. Al año siguiente apoyó también la revolución contra el Directorio. Fue electo diputado al Congreso de Tucumán, pero el comandante de Rosario le impidió llegar a destino y la mandó de regreso a Santa Fe; poco después, este mismo comandante se pasaba a los porteños.
En 1818, el nuevo gobernador, Estanislao López, lo nombró su ministro. Una de sus primeras apariciones fue en la firma de un tratado de paz con los representantes del Directorio, junto a Cosme Maciel y Pedro Tomás de Larrechea.



Fue el autor del Estatuto Provisorio de 1819 de Santa Fe, la primera constitución provincial argentina, muy poco práctica pero muy meritoria como antecedente. Curiosamente, a pesar de participar en una abortada revolución contra López, siguió siendo su ministro. Redactó las proclamas militares del gobernador en sus campañas contra Buenos Aires, y en nombre de su provincia firmó el Tratado del Pilar y el Tratado de Benegas. En enero de 1822 firmó también el Tratado del Cuadrilátero.
Durante los años siguientes siguió siendo el ministro de López, y firmó tratados de ayuda mutua con Buenos Aires y con los representantes del grupo de conspiradores de Montevideo que esperaban sacudirse el gobierno del Imperio del Brasil con la ayuda de López. En 1823 organizó una revolución contra el gobernador entrerriano, el porteño Mansilla, pero no tuvo éxito.
En 1828 fue electo diputado a la Convención Nacional de Santa Fe, y apoyó la decisión de López de declarar la guerra al general Juan Lavalle, que se había apoderado por la fuerza del gobierno porteño, fusilando al gobernador Manuel Dorrego.
En 1831 firmó el Pacto Federal en nombre de su provincia. En suma, llevaron su firma todos los pactos preexistentes que se tendrían en cuenta para la sanción de la Constitución Argentina de 1853, excepto por el Acuerdo de San Nicolás de 1852.
Era también poeta, y dejó escritos poemas épicos y poesías de amor dedicados a su esposa.
Hallándose gravemente enfermo, dictó su testamento el 15 de agosto de 1834. Se había casado en primeras nupcoas con María Concepción Anzorregui y Alambarri, de quien no dejó descendencia. Ya viudo, contrajo matrimonio en segundas nupcias en Santa Fe con doña Bonifacia Lassaga y Amenábar, hija de Francisco Xavier de Lassaga, y de Gregoria de Amenábar (hermana del doctor y sacerdote de distinguida actuación José Ignacio de Amenábar, y de Ángel Custodio de Amenábar, con larga descendencia en Chile). Sus abuelos paternos fueron Gabriel Francisco de Lassaga y Gamboa, alcalde ordinario de Santa Fe, nacido en Lesaca, Navarra], y Francisca Xaviera de Echagüe y Andía y Gaete, santafesina descendiente de los conquistadores y primeros pobladores de muchas ciudades.
Declaraba tener los siguientes hijos: José Felipe, de catorce años, Juan Francisco, Carlos, Rosa, Nicanor, Lucio Ricardo, Ezequiel y Dolores, todos menores de edad, y un hijo próximo a nacer.De ellos, el más conocido fue Juan Francisco Seguí, secretario de Urquiza y miembro del Congreso Constituyente de 1853. Lucio Ricardo Seguí y su esposa Gregoria Girado fueron pioneros en el poblamiento de la campaña de Buenos Aires al sur del Salado, que por aquel entonces se conocía como “la frontera” o “el desierto”, poblando la estancia San Juan en lo que hoy es el Partido de Ayacucho.
Falleció en Santa Fe en 1834.
Francisco José Seguí, marino argentino que participó de la Guerra de Independencia Argentina, las guerras civiles y la Guerra del Brasil, era sobrino suyo.

SE CUMPLEN 202 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE MARIANO MORENO


Mariano Moreno nació en Buenos Aires el 23 de septiembre de 1778. Su padre, Manuel Moreno y Argumosa, nacido en Santander, era funcionario de la Tesorería de las Cajas Rurales. Su madre, Ana María Valle, era una de las pocas mujeres en Buenos Aires que sabía leer y escribir, y Moreno aprendió con ella sus primeras letras. El de los Moreno era un típico hogar de funcionario de mediana jerarquía, con casa propia y varios esclavos, en los Altos de San Telmo, a prudente distancia del aristocrático barrio del Fuerte. Su aprendizaje posterior estuvo limitado por las escasas posibilidades económicas de su familia: la escuela del Rey y el Colegio de San Carlos, que sólo lo admitió como oyente. Fray Cayetano Rodríguez, uno de los maestros de Moreno, le abrió la biblioteca de su convento. Su aspiración a seguir estudios en la Universidad de Chuquisaca se vio postergada hasta que su padre pudo reunir el dinero necesario. Finalmente, en noviembre de 1799, Moreno emprendió la travesía hacia el Norte. Dos meses y medio de viaje, incluyendo quince días de enfermedad en Tucumán, fueron el prólogo de la nueva etapa de su vida.
Moreno tenía veintiún años cuando llegó a Chuquisaca. Allí trabó una profunda amistad con el canónigo Terrazas, hombre de gran cultura que le facilitó el acceso a su biblioteca y lo incluyó en su círculo de amigos y discípulos.
Respetando la voluntad de su padre, en 1800 siguió los cursos de teología en la universidad de Chuquisaca. Un año después se doctoró e inició los cursos de derecho.
De todos los autores que frecuentó en la biblioteca de Terrazas, Juan de Solórzano y Pereyra y Victorián de Villalba, le dejaron la más profunda huella. Solórzano reclamaba, en su Política Indiana, la igualdad de derechos para los criollos. Villalba, en su Discurso sobre la mita de Potosí, denunciaba la brutal esclavitud a que se sometía a los indios en las explotaciones mineras: "En los países de minas no se ve sino la opulencia de unos pocos con la miseria de infinitos".
También fue en aquella biblioteca donde Moreno tomó contacto por primera vez con los grandes pensadores del "siglo de las luces". Quedó particularmente impresionado por Rousseau y su estilo directo y contundente:"El hombre ha nacido libre, pero en todas partes se halla encadenado", decía el autor de El contrato social.
En 1802, Moreno visitó Potosí y quedó profundamente conmovido por el grado de explotación y miseria al que eran sometidos los indígenas en las minas. De regreso a Chuquisaca, escribió su Disertación jurídica sobre el servicio personal de los indios, donde decía entre otras cosas: "Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas".
En 1804, Moreno se enamoró de una joven de Charcas, María Guadalupe Cuenca. Guadalupe estaba destinada por su madre a ser monja, pero el amor por Moreno aumentó sus argumentos para negarse a la reclusión del convento. Se casaron a poco de conocerse y un año después, nació Marianito.
La situación de los Moreno en Chuquisaca se estaba tornando complicada. Entre 1803 y 1804, Moreno había hecho su práctica jurídica en el estudio de Agustín Gascón, asumiendo la defensa de varios indios contra los abusos de sus patrones. En sus alegatos inculpó al intendente de Cochabamba y al alcalde de Chayanta. Las presiones aumentaron y Moreno decidió regresar a Buenos Aires con su familia.
A poco de llegar, a mediados de 1805, comenzó a ejercer su profesión de abogado y fue nombrado Relator de la Audiencia y asesor del Cabildo de Buenos Aires.
Durante las invasiones inglesas escribió una memoria con los acontecimientos más destacables. "Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1.560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad."
Tras las invasiones inglesas, los grupos económicos de Buenos Aires se fueron dividiendo en dos fracciones bien marcadas y enfrentadas: los comerciantes monopolistas y los ganaderos exportadores. Los comerciantes españoles querían mantener el privilegio de ser los únicos autorizados para introducir y vender los productos extranjeros que llegaban desde España. Estos productos eran carísimos porque España a su vez se los compraba a otros países, como Francia e Inglaterra, para después revenderlos en América. En cambio, los ganaderos querían comerciar directa y libremente con Inglaterra y otros países que eran los más importantes clientes y proveedores de esta región. España se había transformado en una cara, ineficiente e innecesaria intermediaria.
Tras el interinato del Virrey Liniers, ocupó el cargo en 1809 don Baltasar Hidalgo de Cisneros. La situación del virreinato era complicada. El comercio estaba paralizado por la guerra entre España y Napoleón, que provocaba una enorme disminución de las rentas aduaneras de Buenos Aires, principal fuente de recursos.
Ante la desesperante escasez de recursos, el nuevo virrey tomó una medida extrema, aun contra la oposición del consulado: aprobó un reglamento provisorio de libre comercio que ponía fin a siglos de monopolio español y autorizaba el comercio con los ingleses. Los comerciantes monopolistas españoles se opusieron y lograron que el apoderado del Consulado de Cádiz, Fernández de Agüero, enviara una nota de protesta al virrey, en la que alertaba sobre los peligros "económicos y religiosos" que implicaba el comercio directo con los ingleses. Moreno escribió entonces su célebre Representación de los hacendados. Allí defiende la libertad de comercio:"Nada es hoy tan provechoso para la España como afirmar por todos los vínculos posibles la estrecha unión y alianza con la Inglaterra. Esta nación generosa que, conteniendo de un golpe el furor de la guerra, franqueó a nuestra metrópoli auxilios y socorros, es acreedora por los títulos más fuertes a que no se separe de nuestras especulaciones el bien de sus vasallos (...) Acreditamos ser mejores españoles cuando nos complacemos de contribuir por relaciones mercantiles a la estrecha unión de una nación generosa y opulenta, cuyos socorros son absolutamente necesarios para la independencia de España".
Un memorandum del Foreign Office de 1809 decía: "Sea que sigan dependiendo de España o que formen gobiernos independientes, lo cierto es que los sudamericanos, en este momento, abren sus brazos a Inglaterra: es indiferente en qué forma buscan nuestra ayuda, siempre que el incremento de los negocios y el nuevo mercado que nos ofrecen para la venta de nuestras manufacturas compense nuestra protección".
La redacción de este documento acercó a Moreno a los sectores revolucionarios, que venían formándose desde las invasiones inglesas, y de los que se había mantenido a una prudente distancia. Tal vez por eso lo haya sorprendido el nombramiento como secretario de la Primera Junta de Gobierno, según cuenta su hermano Manuel.
Moreno no fue protagonista de la Semana de Mayo. No se lo escuchó como a Castelli en el famoso Cabildo del 22, ni anduvo por la plaza con los chisperos de French y Beruti. Su protagonismo comenzó el 25 de mayo de 1810, al asumir las Secretarías de Guerra y Gobierno de la Primera Junta. Desde allí desplegará toda su actividad revolucionaria. Bajo su impulso, la Junta produjo la apertura de varios puertos al comercio exterior, redujo los derechos de exportación y redactó un reglamento de comercio, medidas con las que pretendió mejorar la situación económica y la recaudación fiscal. Creó la biblioteca pública y el órgano oficial del gobierno revolucionario, La Gazeta, dirigida por el propio Moreno, que decía en uno de sus primeros números:"El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Seremos respetables a las naciones extranjeras, no por riquezas, que excitarán su codicia; no por el número de tropas, que en muchos años no podrán igualar las de Europa; lo seremos solamente cuando renazcan en nosotros las virtudes de un pueblo sobrio y laborioso".
Por una circular del 27 de mayo de 1810, la Junta invitaba a las provincias interiores a enviar diputados para integrarse a un Congreso General Constituyente. En Buenos Aires, el ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia trataron de huir a Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires y logrará ser nombrado virrey), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
En Córdoba se produjo un levantamiento contrarrevolucionario de ex funcionarios españoles desocupados, encabezado por Santiago de Liniers. El movimiento fue rápidamente derrotado por las fuerzas patriotas al mando de Francisco Ortiz de Ocampo. Liniers y sus compañeros fueron detenidos. La Junta de Buenos Aires ordenó que fueran fusilados, pero Ocampo se negó a cumplir la orden por haber sido compañero de Liniers durante las invasiones inglesas. Moreno se indignó: "¿Con qué confianza encargaremos grandes obras a hombres que se asustan de una ejecución?" Encargó entonces la tarea a Juan José Castelli, quien cumplió con la sentencia, fusilando a Liniers y sus cómplices el 26 de agosto de 1810.
En julio de 1810, la Junta había encargado a Moreno la redacción de un Plan de Operaciones, destinado a unificar los propósitos y estrategias de la revolución. Moreno presentó el plan a la Junta en agosto, y le aclaró a su auditorio que no debía "escandalizarse por el sentido de mis voces, de cortar cabezas, verter sangre y sacrificar a toda costa. Para conseguir el ideal revolucionario hace falta recurrir a medios muy radicales".
En el Plan de Operaciones, Moreno propuso promover una insurrección en la Banda Oriental y el Sur del Brasil, seguir fingiendo lealtad a Fernando VII para ganar tiempo, y garantizar la neutralidad o el apoyo de Inglaterra y Portugal, expropiar las riquezas de los españoles y destinar esos fondos a crear ingenios y fábricas, y fortalecer la navegación. Recomendaba seguir "la conducta más cruel y sanguinaria con los enemigos" para lograr el objetivo final: la independencia absoluta.
A poco de asumir el nuevo gobierno, se habían evidenciado las diferencias entre el presidente, Saavedra, y el secretario Moreno.
Moreno encarnaba el ideario de los sectores que propiciaban algo más que un cambio administrativo. Se proponían cambios económicos y sociales más profundos. Pensaba que la revolución debía controlarse desde Buenos Aires, porque el interior seguía en manos de los sectores más conservadores vinculados al poder anterior.
"El gobierno antiguo nos había condenado a vegetar en la oscuridad y abatimiento, pero como la naturaleza nos ha criado para grandes cosas, hemos empezado a obrarlas, limpiando el terreno de tanto mandón ignorante."
Saavedra, en cambio, representaba a los sectores conservadores a favor del mantenimiento de la situación social anterior.
Un episodio complicó aun más la relación entre ambos. El 5 de diciembre de 1810, hubo una fiesta en el Regimiento de Patricios, para celebrar la victoria de Suipacha. Uno de los asistentes, el capitán de Húsares Atanasio Duarte, que había tomado algunas copas de más, propuso un brindis "por el primer rey y emperador de América, Don Cornelio Saavedra" y le ofreció a doña Saturnina, la esposa de Saavedra, una corona de azúcar que adornaba una torta.
Al enterarse del episodio, el secretario Moreno decretó el inmediato destierro de Atanasio Duarte, diciendo que"...un habitante de Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener expresiones contra la libertad de su país"; prohibió todo brindis o aclamación pública a favor de cualquier funcionario y suprimió todos los honores especiales de que gozaba el Presidente de la Junta. La pelea entre Moreno y Saavedra estaba desatada.
Moreno, preocupado por los sentimientos conservadores que predominaban en el interior, entendió que la influencia de los diputados que comenzaban a llegar sería negativa para el desarrollo de la revolución. A partir de una maniobra de Saavedra, estos diputados se fueron incorporando al Ejecutivo, y no al prometido Congreso Constituyente. Moreno se opuso y pidió que se respetara la disposición del 27. Pero estaba en minoría y sólo recibió el apoyo de Paso.
Cornelio Saavedra, moderado y conciliador con las ex autoridades coloniales, había logrado imponerse sobre Mariano Moreno. Para desembarazarse de él lo envió a Europa con una misión relacionada con la compra de armamento. Moreno aceptó, quizás con la intención de dar tiempo a sus partidarios para revertir la situación, y quizás también para salvar su vida. Saavedra dio su versión de los hechos en una carta dirigida a Chiclana el 15 de enero de 1811: "Me llamó aparte y me pidió por favor se lo mandase de diputado a Londres: se lo ofrecí bajo mi palabra; le conseguí todo: se le han asignado 8.000 pesos al año mientras está allí, se le han dado 20.000 pesos para gastos; se le ha concedido llevar a su hermano y a Guido, tan buenos como él, con dos años adelantados de sueldos y 500 pesos de sobresueldo, en fin, cuanto me ha pedido tanto le he servido".
La fragata inglesa Fama soltó amarras el 24 de enero de 1811. A poco de partir Moreno, que nunca había gozado de buena salud, se sintió enfermo y le comentó a sus acompañantes: "Algo funesto se anuncia en mi viaje...". Las presunciones de Moreno no eran infundadas. Resulta altamente sospechoso que el gobierno porteño hubiera firmado contrato con un tal Mr. Curtis el 9 de febrero, es decir, quince días después de la partida del ex secretario de la Junta de Mayo, adjudicándole una misión idéntica a la de Moreno para el equipamiento del incipiente ejército nacional. El artículo 11 de este documento aclara "que si el señor doctor don Mariano Moreno hubiere fallecido, o por algún accidente imprevisto no se hallare en Inglaterra, deberá entenderse Mr. Curtis con don Aniceto Padilla en los mismos términos que lo habría hecho el doctor Moreno".
Al poco tiempo de partir Moreno hacia su destino londinense, Guadalupe, que había recibido en una encomienda anónima un abanico de luto, un velo y un par de guantes negros, comenzó a escribirle decenas de cartas a su esposo. En una de ellas le decía: "Moreno, si no te perjudicas, procura venirte lo más pronto que puedas o hacerme llevar porque sin vos no puedo vivir. No tengo gusto para nada de considerar que estés enfermo o triste sin tener tu mujer y tu hijo que te consuelen; ¿o quizás ya habrás encontrado alguna inglesa que ocupe mi lugar? No hagas eso Moreno, cuando te tiente alguna inglesa acuérdate que tienes una mujer fiel a quien ofendes después de Dios". La carta estaba fechada el 14 de marzo de 1811, y como las otras, nunca llegó a destino. Mariano Moreno había muerto hacía diez días, tras ingerir una sospechosa medicina suministrada por el capitán del barco. Su cuerpo fue arrojado al mar envuelto en una bandera inglesa. Guadalupe le siguió escribiendo sus fogosas cartas. Se enteró de la trágica noticia varios meses después, cuando Saavedra lanzó su célebre frase: "Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego". Los boticarios de la época solían describir los síntomas producidos por la ingesta de arsénico como a un fuego que quema las entrañas.

1 de marzo de 2013

LA VUELTA DEL MARTÍN FIERRO: SE CUMPLEN 134º AÑOS DE SU PUBLICACIÓN.


La vuelta de Martín Fierro es un libro gauchesco argentino, escrito en verso por José Hernández en 1879. Constituye la secuela de El Gaucho Martín Fierro, escrito en 1872. Ambos libros han sido considerados como libro nacional de la Argentina, bajo el título genérico de "el Martín Fierro". En "la vuelta", Martín Fierro, quien se había mostrado rebelde en la primera parte y convertido en gaucho matrero (fuera de la ley), aparece más reflexivo y moderado, a la vez que el libro se vuelca a la historia de sus hijos.
En tanto que la primera parte, El Gaucho Martín Fierro, había terminado con Fierro y su compañero Cruz, huyendo al desierto para vivir con los indios, la vuelta, comienza con el relato de ellos dos viviendo en las tolderías mapuches. Allí Cruz muere de viruela y Martín Fierro conoce a la "Cautiva", una mujer criolla que había sido tomada por los mapuches. Finalmente Martín Fierro se enfrenta con uno de los indios que lo hospedaba, matándolo y regresando a la Argentina con la Cautiva, a quien deja en una estancia para seguir solo su camino. En una pulpería encontrará a sus hijos, al hijo de Cruz y al hermano menor del gaucho negro que asesinara en la primera parte, con quien mantendrá una famosa payada.
Entre los momentos más destacados y conocidos de "la vuelta" se encuentran, además de la payada con el negro, los famosos consejos del Viejo Vizcacha. También aquí se encuentran, probablemente la estrofa más conocida de ambos libros:
Los hermanos sean unidos
porque ésa es la ley primera,
tengan unión verdadera,
en cualquier tiempo que sea,
porque si entre ellos pelean
los devoran los de ajuera.
Los numerosos análisis del Martín Fierro han destacado, tanto las diferencias psicológicas del personaje, como los cambios del propio José Hernández entre los siete años que van de la publicación de "la ida" y "la vuelta" de Martín Fierro.
En cuanto al personaje de Martín Fierro, en la primera parte, luego de haber sido reclutado por la fuerza, aquel rompió completamente con la "civilización", asesinando a un gaucho negro, enfrentándose con la policía y finalmente excluyéndose totalmente de la sociedad premoderna de la Argentina de entonces, para irse a vivir con los indios mapuche en la pampa. En la segunda parte, en cambio Martín Fierro parece revalorizar una sociedad en transformación (en ese momento el país iniciaba su modernización capitalista y el ingreso de millones de inmigrantes provenientes mayoritariamente de Italia), haber superado su rebeldía rupturista y orientarse más hacia el futuro de sus hijos.
En el año 2007, en el marco de la Feria del Libro de Buenos Aires, el Museo del Dibujo y la Ilustración presentó su muestra "Martín Fierro: Contrapunto y algo más"; en la cual se podía apreciar la visión de los ilustradores sobre los hechos relatados por José Hernández. En la misma se expusieron originales realizados para las diferentes ediciones de Martín Fierro. Se exhibieron obras de Adolfo Belloc, Carlos Alonso, Juan Carlos Castagnino, Aída Carballo, Norberto Onofrio, Eleodoro Marenco y otros 20 artistas.