30 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: FLORESTA.

El ferrocarril del Oeste llegó en el año 1857 y a la estación se la denominó Floresta. En 1888 cambió su nombre por el de Vélez Sarsfield. La estación cabecera de este ferrocarril estaba en el lugar que hoy ocupa el Teatro Colón. En Floresta nació la primera línea de colectivos que recorría las calles Rivadavia y Lacarra hasta Primera Junta. El propulsor de este servicio, tan típico de la Cdad. de Bs. As., fue Don Manuel Rosendo Pazos. 


                           


La zona fue llamada "de La Floresta" y el origen del nombre tiene dos versiones. Unos dicen que se le dio ese nombre porque es un sitio donde abundan las plantas, los árboles y las flores, otros aseguran que es porque antiguamente existió un local público de recreo de propiedad de un señor Soldati, que se llamaba "kiosco de La Floresta", que estaba ubicado justo en la mitad de la cuadra del pasaje Chilecito, entre Bahía Blanca y Joaquín V. González. Era una especie de café, donde por la noche se sumaban la música y mujeres de la noche que lo hacían aún más animado. 
Durante muchos años existieron sólo quintas y en las lagunas, formadas por el arroyo Maldonado y por las lluvias, se practicaba la pesca. 

29 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: FLORES.

Su nombre, San José de Flores, es compuesto. El primero, San José, corresponde al patrono elegido para velar por la primera capilla del lugar; el segundo, es el apellido de Juan Diego Flores, quien invirtió gran parte de su cuantiosa fortuna en tierras que luego formarían el barrio. 
Fue muy famoso por sus quintas enormes, generalmente usadas en temporada estival, pero sobre todo por la personalidad de sus ocupantes, así pues, el mismo Juan Manuel de Rosas tenía su establecimiento de campo cerca de Flores, además era asiduo visitante de la quinta de los Terrero, socio, compadre y a veces, su apoderado judicial. La quinta de Terrero estaba ubicada en lo que actualmente es la Av. Rivadavia 6440. Se hacían allí grandes fiestas y reuniones políticas. Es en el portón de esa quinta dónde Manuelita Rosas despidió a su Máximo, cuando éste partía a la batalla de Caseros, como ayudante de su padre, ocasión en que le obsequió su pañuelo, bordado por ella misma y que hoy se conserva en el Museo.
El Gral. Urquiza instaló en el barrio su casa quinta después de Caseros, a la que llamó Palacio San José. Se ubicaba entre la calle de la Federación (hoy Av. Rivadavia) y Carabobo. En esa casa fue donde Urquiza, promulgó la Ley Fundamental y la mandó imprimir. Allí se juró y comunicó a todo el país. En ese mismo lugar se firmó el Pacto de Unidad Nacional en noviembre de 1859, en el que se reintegra la provincia de Buenos Aires a la Confederación.
Se podrían enumerar cientos de quintas de personajes importantes, pero vamos a limitarnos por ahora solamente a la del inglés Eduardo Mulhall, llamada "Lambaré", en homenaje al cacique del mismo nombre.
Dicen que su dueño era un personaje muy querido y elegante, vestido siempre de levita y portando galera de copa gris, de tan buenos modales que lo llamaban "el inglés bueno". Sus jardines eran especialmente reconfortantes por el perfume de los eucaliptos, y pinos que actuaban como un sedante que invitaba a la meditación, Entre otros, fue muy visitada por su vecino, el Gral. Roca, quien gozaba de los jardines y de la compañía del inglés, matizando sus encuentros con el juego de ajedrez. 
En la iglesia del lugar se realizaron los funerales de Manuel Dorrego y en la plaza del pueblo se fusilaban, en pelotones, a los opositores de Rosas. En 1857 se inauguró la primera línea de ferrocarril que iba desde la actual Plaza Lavalle hasta La Floresta. 

 
  
                                

Hay una comunidad judía muy grande que, venidos desde Damasco y Alepo, se insertaron en Flores de una manera distinta a la de otros lugares. Han crecido, y se han desarrollado y no han querido emigrar. Se han aquerenciado y las nuevas generaciones aún siguen afincadas en el lugar, especialmente en la calle Avellaneda entre Nazca y Campana y sus adyacencias. 
Los armenios también se establecieron fuertemente en el sur de Flores, construyendo un barrio de 200 casas. Se dedicaron al calzado y a la construcción, compitiendo con los italianos que eran famosos en el ramo. 
También se los conoció como "tacheros" por su habilidad para arreglar ollas, palanganas y otros objetos metálicos por el estilo. 
Hablando de las distintas comunidades, no se puede dejar de mencionar a la vasca, tan ruidosa como pintoresca. Agrupados cerca de la estación, esperaban los tachos de leche para repartirla a caballo, con sus boinas negras, sus clásicas alpargatas y sus anchos pantalones ceñidos en el tobillo sostenidos por la ancha faja en la cintura. Eran típicos frecuentadores de pulperías y boliches. Así fueron creciendo esos locales con nombres que luego jamás se olvidarían, como la del Vasco Milonga, la del Colorado, la de la Vasca. Muy famosa fue La Paloma, de Culpina y Alberdi, donde se inspiraron payadores y poetas nuevos sinónimos de bravura y de guapeza. Es allí donde Enrique Cadícamo escribió su tango.
"Compadrón" que se iniciaba con la famosa cuarteta:
"Compadrito a la violeta 
si te viera Juan Malevo
que calor te haría pasar...".  

28 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: CHACARITA.

Las tierras de este barrio pertenecieron antiguamente a los jesuitas, que tenían grandes chacras allí. Su nombre proviene del diminutivo de la palabra "chacra" o "chácara". En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa recibió, por compra o donación, una decena de "suertes principales", es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño, y a las que, al cabo de los años, se anexaron otras 10. Cada una de ellas tenía una legua de fondo y formaron parte de una inmensa posesión, que llegaba hasta la actual localidad de Ramos Mejía. Al ser expulsados en el año 1767, todos sus bienes fueron declarados propiedad de la Corona (por orden del Rey Carlos III). Entonces, sus propiedades quedaron bajo administración de la "Junta de Temporalidades", una representación estatal que loteó la zona. Los tiempos viejos de la historia tienen un lugar en el barrio. Los primeros alumnos del Nacional, por ejemplo, se acostumbraron a pasar sus vacaciones en la zona que antes albergó las principales construcciones de los jesuitas (una parte del terreno actual del Cementerio). Estas andanzas de los estudiantes, inmortalizadas por Miguel Cané en "Juvenilia", pronto convertirían al lugar en "la Chacarita de los Colegiales", nombre de donde saldrían las designaciones de dos barrios porteños. 
Allí, en 1790, en medio de coloridas ceremonias, el virrey Del Campo entregó el mando a don Nicolás de Arredondo, y en 1806, Santiago de Liniers concentró en la Chacarita las tropas que marcharían a expulsar al invasor inglés. 
En la década de 1820, el ministro de gobierno Bernardino Rivadavia hizo un experimento de colonización en la zona de la Chacarita. Trajo inmigrantes alemanes, creó una colonia y la llamó "Chorroarín". El experimento fue un fracaso y sólo el nombre del villorrio se ha perpetuado hasta hoy en una de las avenidas que circunscribe la Facultad.
Durante la época de Rosas, la Chacarita albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios tomados prisioneros durante la Campana del Desierto de 1833. Al respecto, un testigo comentará: "Bajo las galerías de los arcos se ven algunos soldados de Rosas, y en los sótanos bullen algunas familias de indios, todos medios desnudos, que piden limosnas en el mismo lugar donde sus padres vivieron...". 


 
 
                                
 

Posteriormente, la Chacarita volvió a ser un lugar de huertos y sembradíos. Decenas de agricultores se afincaron allí para producir hortalizas, cereales, y "paja de Guinea", usada por los morenos escoberos.
Entonces, la zona era uno de los lugares más agradables de los alrededores de Buenos Aires y también, la de las tierras más altas de toda la geografía porteña.
Pero la muerte llegó a la Chacarita en 1871. Cuando la locomotora "La Porteña" depositó en el otrora pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires.
En 1880, la cuestión de la Capital vinculó a la Chacarita con la historia una vez más. El pueblo de Belgrano era, entonces, capital de la Nación, mientras que en el centro se ubicaba el gobierno de la provincia, a cuyo frente estaba Carlos Tejedor. El presidente Avellaneda acuarteló sus tropas en la Chacarita, lugar donde tenía su residencia, y allí, al mando de Carlos Pellegrini, las tropas nacionales se enfrentaron con el ejército de la Provincia. La "Ley Capital", en ese mismo año, dio fin a toda disputa. Por sus disposiciones, los terrenos de Belgrano y Flores, más una buena parte de las antiguas posesiones jesuíticas, se incorporaron al ejido urbano.Entre tantas casas quintas queda aún la de la familia Comastri (más conocida como "El Mirador Comastri"), actualmente es la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 34. Se encuentra delimitada por las calles Loyola, Fitz Roy, Aguirre y Bonpland. La construcción es de 1870, y fue famosa porque en ella durmieron Roca y Pellegrini. Eran visitantes del señor Comastri, el Gral. Mitre y el doctor Alem y sirvió de escondite a Hipólito Yrigoyen durante el movimiento cívico de 1893. Por ese entonces, la zona era llana, para ser exactos, se la conocía como el valle del arroyo Maldonado, que actualmente corre entubado bajo la Avenida Juan B. Justo. No había construcciones en derredor, todo era campo, por el oeste se vislumbraban los montes frutales de la Chacarita de los Colegiales. Los lujos que dieron fama al lugar fueron la iluminacion a gas, el primer pararrayos del barrio y un sótano cargado con toneles que almacenaban los vinos que ellos mismos producían.
Cabe enumerar dentro de su historia la fábrica de acordeones artesanales del italiano Juan Anconetani, de la calle Guevara 478, que desde el año 1917 son famosos no sólo por la calidad de su artesanía sino porque sus hijos fueron muy buenos violinistas.  También son históricos los sombreros, fabricados por el genovés Pascual Massera, muy usados por los porteños de entonces.   

27 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS : CONSTITUCIÓN

Como en esa zona funcionaba el hospital de los padres Betlemitas se la llamó al principio "La Convalecencia", luego "Mercado del Alto" para más tarde llamarse "Mercado Constitución" nombre que se le ha dado en homenaje a la palabra Constitución o a la Constitución de Buenos Aires.
Cabe destacar que el nombre oficial de "Mercado de Constitución" aparece con la primera memoria municipal de los años 1856/7 pero el barrio recién comienza a llamarse de esta manera cuando se aprueba la moderna nomenclatura de las calles, que produce la fracción y loteo del entorno del Mercado Constitución, pretendiendo con esto atraer pobladores a una zona desvalorizada en la cual escaseaban las construcciones.  Todo se desarrollaba alrededor del Mercado de Constitución donde llegaban las carretas cargadas con todo tipo de cosas para vender.
Los primeros compradores de tierras, fueron los mayoristas que las necesitaban como lugar para construir sus depósitos. Conjuntamente con esas casas nacieron las pulperías, las tiendas de compra y venta y todo lo que al hombre de negocios le hacía falta. También nacieron los llamados "pirigundines" donde se bailaba, se tomaban unas copas y donde no faltaban esas mujeres de la noche que tanto los entretenían.
El barrio de Constitución fue escenario de numerosas tragedias:
- 16 de junio de 1955: se levantaron las fuerzas en una rebelión frustrada contra el gobierno de Perón.


                     


- Aldo Duarte nos cuenta que "el 28 de marzo de 1962, lo digo porque hacian 20 dias me habian dado de baja del servicio militar obligatorio de aquella época, que fue el 8 de marzo, hubo una tragedia, donde murió un soldado de 20 años en el hotel "Constitución", el que habia sido tomado por una de las facciones, estaba asomado este soldado en una de las ventanas del hotel y desde un tanque de guerra apostado frente a la estación de trenes efectuó un disparo que impactó en esa ventana y mató instantaneamente al soldado".
- Recordamos que el 28 de marzo de 1962 fue derrocado Frondizi y que el general Juan Carlos Onganía (jefe de los azules) decide enfrentar a los colorados. "... el 6 de setiembre de ese año (1962) el Poder Ejecutivo –dominado por el sector colorado- disolvió el Congreso, el conflicto se profundizó y los colorados fueron considerados directamente golpistas. El Gral Onganía –jefe de los azules legalistas- decidió enfrentarlos y restablecer la autoridad. La Fuerza Aérea bombardeó una concentración colorada y hubo enfrentamientos de tropas en plaza Constitución, Paque Chacabuco y Avellaneda. Finalmente, el comando colorado se rindió y el Gral. Onganía asumió como comandante en jefe del Ejército. Paradójicamente, tres años después sería Onganía el golpista que derrocara a Illia." 

23 de mayo de 2013

REVOLUCIÓN DE MAYO

 
  


                         

HISTORIA DE LOS BARRIOS: COLEGIALES

La historia de colegiales tiene mucho en común con la del barrio vecino de Chacarita, ya que se llamaba Chacarita de los Colegiales. Debe su n ombre (como lo cuenta Miguel Cane (h) en "Juvenilia") a que en esos terrenos pertenencian al antiguo Colegio San Carlos  , luego llamado Nacional Buenos Aires.Era un barrio de chacras y quintas, donde los jesuitas poseían tierras que usaban para vacacionar con los estudiantes. Al ser expulsados los religiosos, en el año 1767, esas tierras pasaron a la Corona de España. Luego, durante el gobierno de Rivadavia, 
  
                             


  época de oro donde sobraba mano de obra e inmigrantes extranjeros que venían desde Europa, se destinaron gran parte de estas tierras a familias que, bajo ciertas condiciones, debían fundar un pueblo. Así nacieron los barrios de Chacarita y el de Colegiales. Había muchas quintas con todo tipo de verduras y árboles frutales, algunos de los cuales llegaron a subsistir hasta hace unos 30 años atrás, como también muchos potreros y terrenos baldíos. Hacia el noroeste del barrio la zona se llamaba "Calabria", por el origen de los inmigrantes que las habitaban, era increíble la rapidez con que hacían sus casas pues casi en dos días las levantaban, ya que muchos de ello serán albañiles y maestros de obras.
El barrio es conocido en todo el mundo gracias al humorista Quino, que eligió este barrio para su historieta de Mafalda. Hoy existe en las calles Condes y Concepción Arenal, una plaza "Mafalda", en honor a su autor.

22 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: COGHLAN

En octubre de 1887 el presidente Juárez Celman le otorgó a Emilio Nouguier (esposo de Pepa Casares Martínez de Hoz) la concesión de un ramal ferroviario (a construir) entre la estación Belgrano y el pueblo Las Conchas (Tigre).
Para materializar la empresa, Emilio Nouguier conformó la “Compañía Nacional de Ferrocarriles Pobladores” que, como primera medida, compró tierras en los lugares donde se construirían las estaciones del nuevo ramal.
En 1888 la Compañía adquiere 30 hectáreas en lo que por entonces era el barrio de Belgrano. En esos terrenos surgirá, años después, el barrio de Coghlan.
En abril de 1889 se inician las obras que, hacia fines de ese año, quedan paralizadas por cuanto el directorio de la Compañía aduce dificultades para obtener créditos.Como consecuencia de estos inconvenientes “... se decide vender la concesión al Ferrocarril Buenos Aires y Rosario. Concretada ésta se comienza (...) a transferir las tierras por donde pasaría el ramal, conservando el sindicato para sí los predios linderos a las estaciones a construirse. (...) La concesión del ramal, que se había otorgado sin garantía del Estado, entre los artículos del contrato expresaba: Art. 50: La línea tendrá la misma trocha que la del Ferrocarril de Buenos Aires y Rosario. Art. 60: Los rieles serán de acero del peso de 32 kg. por metro lineal, y en un todo idénticos a la línea del Ferrocarril de Buenos Aires y Rosario. Por cuanto antecede, resulta fácil entender que la intención de la Compañía Nacional de los Ferrocarriles Pobladores no era la de construir el ramal, sino la de concretar un excelente negocio inmobiliario. No obstante se debe rescatar que, como derivación de su accionar comercial, surgieron nuevos centros de población: Coghlan y tangencialmente Saavedra Oeste en la Capital Federal y Florida y Bartolomé Mitre en el, por entonces, partido de San Isidro.” (Coghlan. Una estación, un barrio” (Alfredo Noceti – Emilio Bence. Instituto Histórico de la Cdad. de Bs. As.. Ed. 2000. Pág. 17).El Ferrocarril de Buenos Aires y Rosario concreta las obras y, el primero de febrero de 1891 se inauguró la estación Coghlan.“La estación y el barrio deben su nombre a la memoria del ingeniero irlandés John Coghlan, nacido en el Condado Kerray, Irlanda del Sur en 1824 y fallecido en Inglaterra en 1890, quien durante treinta años (1857-1887) residió y trabajó en el país en diversos emprendimientos de obras públicas. 



 
                   
  
 
 
“En 1859 propuso mejoras para el puerto de Buenos Aires, estudiando las corrientes del río, su capacidad de deposición y estableciendo la formación de los futuros bancos de arena. Con parte de sus ideas se nutrieron los proyectos posteriores sobre el tema. En 1869 realizó trabajos de altimetría en el casco de la ciudad e hizo estudios sobre el desagüe de aguas blancas (pluviales) y negras (cloacales) por separado y en redes subterráneas aprovechando los cursos de los ‘terceros’. Con posterioridad, trabajó en la Comisión para las Aguas Corrientes, dirigiendo las obras para su provisión. El ingeniero Coghlan fue el autor del primer servicio de tecnificación del agua en el país, cuyo proyecto y estudios sirvieron de base para que, a partir de 1870, otro ingeniero británico, J. B. Bateman, los ampliara y concretara.
“Sus últimos trabajos en el país los realizó en la actividad ferroviaria. Siendo presidente del Ferrocarril Sud (Roca) extiende su red desde Azul hasta Bahía Blanca. Pasa luego a ejercer la presidencia del Ferrocarril de Buenos Aires a Campana, ampliando su recorrido hasta Rosario, por lo cual troca su nombre por el Ferrocarril de Buenos Aires y Rosario, cuyas posteriores autoridades, a un año del fallecimiento del ingeniero Coghlan, le otorgan su nombre a la estación cabecera del ramal.” (Alfredo Noceti – Emilio Bence. Instituto Histórico de la Cdad. de Bs. As.. Ed. 2000. Pág. 17).Una vez inaugurada la estación Coghlan (cuando esto ocurrió residían en el lugar sólo dos vecinos: Tomás Lambruschini y José Sanguinetti, dueños de extensas quintas de verduras ubicadas sobre las actuales Congreso, las vías, Washington y Tamborini) la Compañía Nacional de los Ferrocarriles Pobladores se dedicó a lo único que realmente le importaba: el loteo de las tierras que habían permanecido en su poder y el negocio que derivaba de ello.El primer remate se hace apenas un mes después de la apertura de la estación, el 8 de marzo de 1891. Las cinco primeras escrituras en el futuro barrio son para Simón Casaubón; Francisco Vidal; Ramón Antelo; José Antelo y Pablo Brousson. Ellos, juntamente con Lambruschini y Sanguinetti, son los pioneros de Coghlan.
En 1893, el Intendente Federico Pinedo, dispuso mediante un decreto la construcción de un hospital, en la entonces Parroquia de Belgrano. Una numerosa comisión, encargada de concretar el proyecto, lo culminó el 26 de agosto de 1894 y el Presidente Luis Sáenz Pena y su esposa, fueron padrinos en la ceremonia de la colocación de la piedra fundamental de las obras.
Cuando la construcción del nuevo hospital, se encontraba bastante adelantada, falleció el eminente médico Dr. Ignacio Pirovano, resolviendo la Comisión ejecutora, bautizar con su nombre al nuevo nosocomio. Finalizada gran parte de las obras, en 1895, se inauguró el "Hospital Pirovano", siendo su primer director el Dr. Arturo Billinghurst. 
En 1926 se amplió el hospital, al que se le agregó nuevas instalaciones para cubrir servicios en las siguientes  especialidades: urología, proctología, anatomía patológica, laboratorio y además una nueva cocina. Desde entonces, en Av. Monroe 3555, la importante acción hospitalaria, se proyecta no solo a Coghlan sino también a los barrios vecinos. 
El Censo Nacional de 1895 mostró que en Coghlan vivían 267 personas en 55 casas construidas alrededor de la estación. El crecimiento del barrio se debió a la radicación de importantes contingentes de inmigrantes, con una preeminencia de vascos franceses y no de ingleses como se suele imaginar.Ordenanzas Municipales de 1968 y 1972 elevaron oficialmente a Coghlan a la categoría de barrio metropolitano.
Con el correr de los años, figuraron entre los vecinos destacados o notables del barrio de Coghlan el plástico Lino Enea Spilimbergo, que vivió y trabajó en su casa-taller de Tamborini 3818; el poeta y letrista Julián Centeya; el músico y profesor Athos Palma, que ocupó una casa en la esquina NO de Rivera y Melián; el padre Antonio de Monterosso quien fue Vicario Ecónomo de Santa María de los Ángeles; y el inventor Ladislao José Biro quien en su casa de Congreso 3378 creó el bolígrafo, entre otros.(Información obtenida del proyecto de ley que instituye el 1 de Febrero como el día del barrio de Coghlan)