3 de junio de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: LA BOCA.

Los historiadores coinciden en señalar a la Boca como el lugar en donde Pedro de Mendoza fundó la ciudad de Santa María de los Buenos Aires, en 1536. Desde los primeros tiempos la boca del Riachuelo fue el puerto natural de Buenos Aires. Su poca profundidad no permitía navíos de calado considerable, a lo que se sumaban los bancos de arena que causaban no pocos problemas, ya que el canal de entrada tampoco era precisamente profundo, a ello era preciso sumarle las crecientes y bajantes. No obstante los inconvenientes el Riachuelo continuó desde fines del siglo XVI hasta fines del siglo XIX en plena vigencia. Numerosos fueron los proyectos que la necesidad de un puerto de envergadura generó teniendo en cuenta el lugar, uno de ellos, obra del Ing. Carlos Pellegrini, proponía estrechar la desembocadura del Riachuelo cerrando parcialmente su salida con una esclusa, para que éste aumentara su caudal, profundizando su canal de acceso. Proyectos y discusiones sobre su viabilidad y utilidad continuaron hasta que por fin se aprobó el presentado por Eduardo Madero, desechándose el del Ing. Huergo que propiciaba centrarlos en el Riachuelo. El nuevo puerto, concentrado más al norte, significó el progresivo deterioro del Riachuelo. No obstante esto él continuó siendo el símbolo del barrio de La Boca y es imposible concebir al uno sin la otra y viceversa.
A fines del siglo pasado La Boca ya era un barrio en el que había una fuerte presencia italiana con preponderancia de origen genovés. La inmigración en el Río de la Plata incorpora al país elementos distintivos que van creando modos, hábitos, expresiones nuevas en su vivir. La presencia del italiano señala aportes excéntricos en la elaboración de su sociabilidad. Paulatinamente van cobrando rasgos propios los núcleos a los que ellos aportan sus peculiaridades. En verdad, Italia era en esos días un mosaico de nacionalidades y esa su policromía se reflejó también en nuestra tierra y sobre todo en La Boca. Porque La Boca fue la zona de Buenos Aires que recibió mayores caravanas de esa procedencia. Entre todas ellas la preponderancia del genovés vendría a librarla, más tarde, de un desastre etnográfico que hubiera sido peligroso para su cohesivo desenvolvimiento.
Junto al italiano -en toda su diversidad cromática- al lado del predominio ligur, siempre se advirtió la existencia de los sectores constituidos por dálmatas, españoles, griegos, y algunos dispersos grupos de franceses y sajones.
Aunque las condiciones geográficas siempre fueron muy adversas, se asentaron allí las famosas "barracas", que eran construcciones muy humildes donde se almacenaban diferentes productos, se curtían cueros etc. Como era un lugar típico de marineros de paso, se abrieron numerosas pulperías. Eran tantos los italianos, que en 1882 un grupo de genoveses firmó un acta que enviaron al rey de Italia comunicándole que habían constituido la República de la Boca. Inmediatamente, el entonces presidente argentino, Don Julio A. Roca hizo quitar la bandera genovesa izada en el lugar y puso fin al conflicto.
Los habitantes de La Boca, fueron siempre divertidos, ruidosos y melancólicos. Hablaban el dialecto xeneixe -el de los genoveses- como si estuvieran en su tierra. Eran muy trabajadores y fraternales, al punto que formaron varias instituciones de apoyo comunitario. Editaron diarios, fundaron clubes deportivos y culturales. Dada su gran sensibilidad para el arte, en el barrio han nacido cantores, músicos, poetas y artistas plásticos, muchos de los cuales han ocupado lugares relevantes en la preferencia popular.
Es muy conocido por su dotación de bombero voluntarios tanto por su trabajo profesional como por su trabajo en la comunidad. 



                        


  

La Boca es, sin lugar a dudas, un barrio con personalidad, y ésta lo debe en parte a su particular arquitectura. Claro está que ello no es ajeno a sus habitantes y al emplazamiento del barrio junto al Riachuelo.
En sus orígenes sus casas fueron de dos tipos: de madera o de chapa, ambas con balcones de hierro. Aún es posible encontrarlas en considerable número de ejemplos. Ellas son en realidad la imagen de La Boca.
Sus fachadas de chapa acanalada se combinan con las carpinterías de madera enriquecida por variadas molduras que hacen juego con las cenefas. Pero no sólo se utiliza la madera, también fueron comunes los cerramientos de varillas de madera superpuesto formando rombos que separaban las galerías superiores del balcón o creaban un espacio, cerrando en parte la galería de entrada, en planta baja. Este "treillage" no era una simple decoración, sino por el contrario, su intención estaba dirigida a la protección de los rayos del sol.
El origen de los colores diversos, deviene de los sobrantes de pintura que los marineros traían a sus casas, como la pintura era costosa, y la cantidad escasa para pintar toda la casa de un mismo color, se aprovechaba hasta la última gota, por lo tanto, se pintaba primero los marcos hasta agotarla, para pasar luego a las paredes y pintar hasta donde alcanzara. La madera como motivo ornamental llegó a utilizarse hasta en los barandales de coronamiento, formados por paños de rejas de hierro forjado, separados por elementos cuadrados o rectangulares de tablas superpuestas, sobre las que se aplicaban recuadros moldurados.
Podría decirse que las líneas horizontales eran, o son, una característica de La Boca. Los largos tablones superpuestos en las casas de madera y la acanaladura de las chapas en las otras comentadas, se sumaban al imitado corte piedra de los edificios construidos en ladrillo revocado que, por supuesto, adoptaban el estilo italiano del momento. Estas construcciones de material son un capítulo aparte, ya que coinciden con el paulatino enriquecimiento de muchos de los habitantes del lugar, que encariñados con el barrio, se quedaban en él levantando viviendas que en su interior acumulaban muebles y objetos artísticos con su nueva condición.
Esta creciente prosperidad se materializó en la preocupación por dotar a las viviendas de los últimos adelantos, o quizá cabría decir siguiendo las últimas modas. Así aparecieron en estas casas de material de planta baja y primer piso, las grandes mamparas con vitrales o vidrios de colores neutros, verdes, rojos o azules, y los techos decorados. Sin embargo es interesante destacar que muchas de estas casas alternaban con las tradicionales de chapa o madera con techos de chapa a cuatro aguas; en contraposición con las de terraza, para ese tiempo "modernas"

30 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: FLORESTA.

El ferrocarril del Oeste llegó en el año 1857 y a la estación se la denominó Floresta. En 1888 cambió su nombre por el de Vélez Sarsfield. La estación cabecera de este ferrocarril estaba en el lugar que hoy ocupa el Teatro Colón. En Floresta nació la primera línea de colectivos que recorría las calles Rivadavia y Lacarra hasta Primera Junta. El propulsor de este servicio, tan típico de la Cdad. de Bs. As., fue Don Manuel Rosendo Pazos. 


                           


La zona fue llamada "de La Floresta" y el origen del nombre tiene dos versiones. Unos dicen que se le dio ese nombre porque es un sitio donde abundan las plantas, los árboles y las flores, otros aseguran que es porque antiguamente existió un local público de recreo de propiedad de un señor Soldati, que se llamaba "kiosco de La Floresta", que estaba ubicado justo en la mitad de la cuadra del pasaje Chilecito, entre Bahía Blanca y Joaquín V. González. Era una especie de café, donde por la noche se sumaban la música y mujeres de la noche que lo hacían aún más animado. 
Durante muchos años existieron sólo quintas y en las lagunas, formadas por el arroyo Maldonado y por las lluvias, se practicaba la pesca. 

29 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: FLORES.

Su nombre, San José de Flores, es compuesto. El primero, San José, corresponde al patrono elegido para velar por la primera capilla del lugar; el segundo, es el apellido de Juan Diego Flores, quien invirtió gran parte de su cuantiosa fortuna en tierras que luego formarían el barrio. 
Fue muy famoso por sus quintas enormes, generalmente usadas en temporada estival, pero sobre todo por la personalidad de sus ocupantes, así pues, el mismo Juan Manuel de Rosas tenía su establecimiento de campo cerca de Flores, además era asiduo visitante de la quinta de los Terrero, socio, compadre y a veces, su apoderado judicial. La quinta de Terrero estaba ubicada en lo que actualmente es la Av. Rivadavia 6440. Se hacían allí grandes fiestas y reuniones políticas. Es en el portón de esa quinta dónde Manuelita Rosas despidió a su Máximo, cuando éste partía a la batalla de Caseros, como ayudante de su padre, ocasión en que le obsequió su pañuelo, bordado por ella misma y que hoy se conserva en el Museo.
El Gral. Urquiza instaló en el barrio su casa quinta después de Caseros, a la que llamó Palacio San José. Se ubicaba entre la calle de la Federación (hoy Av. Rivadavia) y Carabobo. En esa casa fue donde Urquiza, promulgó la Ley Fundamental y la mandó imprimir. Allí se juró y comunicó a todo el país. En ese mismo lugar se firmó el Pacto de Unidad Nacional en noviembre de 1859, en el que se reintegra la provincia de Buenos Aires a la Confederación.
Se podrían enumerar cientos de quintas de personajes importantes, pero vamos a limitarnos por ahora solamente a la del inglés Eduardo Mulhall, llamada "Lambaré", en homenaje al cacique del mismo nombre.
Dicen que su dueño era un personaje muy querido y elegante, vestido siempre de levita y portando galera de copa gris, de tan buenos modales que lo llamaban "el inglés bueno". Sus jardines eran especialmente reconfortantes por el perfume de los eucaliptos, y pinos que actuaban como un sedante que invitaba a la meditación, Entre otros, fue muy visitada por su vecino, el Gral. Roca, quien gozaba de los jardines y de la compañía del inglés, matizando sus encuentros con el juego de ajedrez. 
En la iglesia del lugar se realizaron los funerales de Manuel Dorrego y en la plaza del pueblo se fusilaban, en pelotones, a los opositores de Rosas. En 1857 se inauguró la primera línea de ferrocarril que iba desde la actual Plaza Lavalle hasta La Floresta. 

 
  
                                

Hay una comunidad judía muy grande que, venidos desde Damasco y Alepo, se insertaron en Flores de una manera distinta a la de otros lugares. Han crecido, y se han desarrollado y no han querido emigrar. Se han aquerenciado y las nuevas generaciones aún siguen afincadas en el lugar, especialmente en la calle Avellaneda entre Nazca y Campana y sus adyacencias. 
Los armenios también se establecieron fuertemente en el sur de Flores, construyendo un barrio de 200 casas. Se dedicaron al calzado y a la construcción, compitiendo con los italianos que eran famosos en el ramo. 
También se los conoció como "tacheros" por su habilidad para arreglar ollas, palanganas y otros objetos metálicos por el estilo. 
Hablando de las distintas comunidades, no se puede dejar de mencionar a la vasca, tan ruidosa como pintoresca. Agrupados cerca de la estación, esperaban los tachos de leche para repartirla a caballo, con sus boinas negras, sus clásicas alpargatas y sus anchos pantalones ceñidos en el tobillo sostenidos por la ancha faja en la cintura. Eran típicos frecuentadores de pulperías y boliches. Así fueron creciendo esos locales con nombres que luego jamás se olvidarían, como la del Vasco Milonga, la del Colorado, la de la Vasca. Muy famosa fue La Paloma, de Culpina y Alberdi, donde se inspiraron payadores y poetas nuevos sinónimos de bravura y de guapeza. Es allí donde Enrique Cadícamo escribió su tango.
"Compadrón" que se iniciaba con la famosa cuarteta:
"Compadrito a la violeta 
si te viera Juan Malevo
que calor te haría pasar...".  

28 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS: CHACARITA.

Las tierras de este barrio pertenecieron antiguamente a los jesuitas, que tenían grandes chacras allí. Su nombre proviene del diminutivo de la palabra "chacra" o "chácara". En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa recibió, por compra o donación, una decena de "suertes principales", es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño, y a las que, al cabo de los años, se anexaron otras 10. Cada una de ellas tenía una legua de fondo y formaron parte de una inmensa posesión, que llegaba hasta la actual localidad de Ramos Mejía. Al ser expulsados en el año 1767, todos sus bienes fueron declarados propiedad de la Corona (por orden del Rey Carlos III). Entonces, sus propiedades quedaron bajo administración de la "Junta de Temporalidades", una representación estatal que loteó la zona. Los tiempos viejos de la historia tienen un lugar en el barrio. Los primeros alumnos del Nacional, por ejemplo, se acostumbraron a pasar sus vacaciones en la zona que antes albergó las principales construcciones de los jesuitas (una parte del terreno actual del Cementerio). Estas andanzas de los estudiantes, inmortalizadas por Miguel Cané en "Juvenilia", pronto convertirían al lugar en "la Chacarita de los Colegiales", nombre de donde saldrían las designaciones de dos barrios porteños. 
Allí, en 1790, en medio de coloridas ceremonias, el virrey Del Campo entregó el mando a don Nicolás de Arredondo, y en 1806, Santiago de Liniers concentró en la Chacarita las tropas que marcharían a expulsar al invasor inglés. 
En la década de 1820, el ministro de gobierno Bernardino Rivadavia hizo un experimento de colonización en la zona de la Chacarita. Trajo inmigrantes alemanes, creó una colonia y la llamó "Chorroarín". El experimento fue un fracaso y sólo el nombre del villorrio se ha perpetuado hasta hoy en una de las avenidas que circunscribe la Facultad.
Durante la época de Rosas, la Chacarita albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios tomados prisioneros durante la Campana del Desierto de 1833. Al respecto, un testigo comentará: "Bajo las galerías de los arcos se ven algunos soldados de Rosas, y en los sótanos bullen algunas familias de indios, todos medios desnudos, que piden limosnas en el mismo lugar donde sus padres vivieron...". 


 
 
                                
 

Posteriormente, la Chacarita volvió a ser un lugar de huertos y sembradíos. Decenas de agricultores se afincaron allí para producir hortalizas, cereales, y "paja de Guinea", usada por los morenos escoberos.
Entonces, la zona era uno de los lugares más agradables de los alrededores de Buenos Aires y también, la de las tierras más altas de toda la geografía porteña.
Pero la muerte llegó a la Chacarita en 1871. Cuando la locomotora "La Porteña" depositó en el otrora pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires.
En 1880, la cuestión de la Capital vinculó a la Chacarita con la historia una vez más. El pueblo de Belgrano era, entonces, capital de la Nación, mientras que en el centro se ubicaba el gobierno de la provincia, a cuyo frente estaba Carlos Tejedor. El presidente Avellaneda acuarteló sus tropas en la Chacarita, lugar donde tenía su residencia, y allí, al mando de Carlos Pellegrini, las tropas nacionales se enfrentaron con el ejército de la Provincia. La "Ley Capital", en ese mismo año, dio fin a toda disputa. Por sus disposiciones, los terrenos de Belgrano y Flores, más una buena parte de las antiguas posesiones jesuíticas, se incorporaron al ejido urbano.Entre tantas casas quintas queda aún la de la familia Comastri (más conocida como "El Mirador Comastri"), actualmente es la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 34. Se encuentra delimitada por las calles Loyola, Fitz Roy, Aguirre y Bonpland. La construcción es de 1870, y fue famosa porque en ella durmieron Roca y Pellegrini. Eran visitantes del señor Comastri, el Gral. Mitre y el doctor Alem y sirvió de escondite a Hipólito Yrigoyen durante el movimiento cívico de 1893. Por ese entonces, la zona era llana, para ser exactos, se la conocía como el valle del arroyo Maldonado, que actualmente corre entubado bajo la Avenida Juan B. Justo. No había construcciones en derredor, todo era campo, por el oeste se vislumbraban los montes frutales de la Chacarita de los Colegiales. Los lujos que dieron fama al lugar fueron la iluminacion a gas, el primer pararrayos del barrio y un sótano cargado con toneles que almacenaban los vinos que ellos mismos producían.
Cabe enumerar dentro de su historia la fábrica de acordeones artesanales del italiano Juan Anconetani, de la calle Guevara 478, que desde el año 1917 son famosos no sólo por la calidad de su artesanía sino porque sus hijos fueron muy buenos violinistas.  También son históricos los sombreros, fabricados por el genovés Pascual Massera, muy usados por los porteños de entonces.   

27 de mayo de 2013

HISTORIA DE LOS BARRIOS : CONSTITUCIÓN

Como en esa zona funcionaba el hospital de los padres Betlemitas se la llamó al principio "La Convalecencia", luego "Mercado del Alto" para más tarde llamarse "Mercado Constitución" nombre que se le ha dado en homenaje a la palabra Constitución o a la Constitución de Buenos Aires.
Cabe destacar que el nombre oficial de "Mercado de Constitución" aparece con la primera memoria municipal de los años 1856/7 pero el barrio recién comienza a llamarse de esta manera cuando se aprueba la moderna nomenclatura de las calles, que produce la fracción y loteo del entorno del Mercado Constitución, pretendiendo con esto atraer pobladores a una zona desvalorizada en la cual escaseaban las construcciones.  Todo se desarrollaba alrededor del Mercado de Constitución donde llegaban las carretas cargadas con todo tipo de cosas para vender.
Los primeros compradores de tierras, fueron los mayoristas que las necesitaban como lugar para construir sus depósitos. Conjuntamente con esas casas nacieron las pulperías, las tiendas de compra y venta y todo lo que al hombre de negocios le hacía falta. También nacieron los llamados "pirigundines" donde se bailaba, se tomaban unas copas y donde no faltaban esas mujeres de la noche que tanto los entretenían.
El barrio de Constitución fue escenario de numerosas tragedias:
- 16 de junio de 1955: se levantaron las fuerzas en una rebelión frustrada contra el gobierno de Perón.


                     


- Aldo Duarte nos cuenta que "el 28 de marzo de 1962, lo digo porque hacian 20 dias me habian dado de baja del servicio militar obligatorio de aquella época, que fue el 8 de marzo, hubo una tragedia, donde murió un soldado de 20 años en el hotel "Constitución", el que habia sido tomado por una de las facciones, estaba asomado este soldado en una de las ventanas del hotel y desde un tanque de guerra apostado frente a la estación de trenes efectuó un disparo que impactó en esa ventana y mató instantaneamente al soldado".
- Recordamos que el 28 de marzo de 1962 fue derrocado Frondizi y que el general Juan Carlos Onganía (jefe de los azules) decide enfrentar a los colorados. "... el 6 de setiembre de ese año (1962) el Poder Ejecutivo –dominado por el sector colorado- disolvió el Congreso, el conflicto se profundizó y los colorados fueron considerados directamente golpistas. El Gral Onganía –jefe de los azules legalistas- decidió enfrentarlos y restablecer la autoridad. La Fuerza Aérea bombardeó una concentración colorada y hubo enfrentamientos de tropas en plaza Constitución, Paque Chacabuco y Avellaneda. Finalmente, el comando colorado se rindió y el Gral. Onganía asumió como comandante en jefe del Ejército. Paradójicamente, tres años después sería Onganía el golpista que derrocara a Illia." 

23 de mayo de 2013

REVOLUCIÓN DE MAYO

 
  


                         

HISTORIA DE LOS BARRIOS: COLEGIALES

La historia de colegiales tiene mucho en común con la del barrio vecino de Chacarita, ya que se llamaba Chacarita de los Colegiales. Debe su n ombre (como lo cuenta Miguel Cane (h) en "Juvenilia") a que en esos terrenos pertenencian al antiguo Colegio San Carlos  , luego llamado Nacional Buenos Aires.Era un barrio de chacras y quintas, donde los jesuitas poseían tierras que usaban para vacacionar con los estudiantes. Al ser expulsados los religiosos, en el año 1767, esas tierras pasaron a la Corona de España. Luego, durante el gobierno de Rivadavia, 
  
                             


  época de oro donde sobraba mano de obra e inmigrantes extranjeros que venían desde Europa, se destinaron gran parte de estas tierras a familias que, bajo ciertas condiciones, debían fundar un pueblo. Así nacieron los barrios de Chacarita y el de Colegiales. Había muchas quintas con todo tipo de verduras y árboles frutales, algunos de los cuales llegaron a subsistir hasta hace unos 30 años atrás, como también muchos potreros y terrenos baldíos. Hacia el noroeste del barrio la zona se llamaba "Calabria", por el origen de los inmigrantes que las habitaban, era increíble la rapidez con que hacían sus casas pues casi en dos días las levantaban, ya que muchos de ello serán albañiles y maestros de obras.
El barrio es conocido en todo el mundo gracias al humorista Quino, que eligió este barrio para su historieta de Mafalda. Hoy existe en las calles Condes y Concepción Arenal, una plaza "Mafalda", en honor a su autor.